lunes, 12 de mayo de 2014

POR LA PROVINCIA DE VALLADOLID - 6 de abril de 2014






















 

 

 







 















Granja Tablares – Megeces - Valladolid

Juan Gay nos concedió una entrevista por teléfono donde nos habló de sus inquietudes, sus  aspiraciones,  sus opiniones etc.

Se dedica a la producción de huevos ecológicos como trabajador autónomo. Trabajaba en la agricultura convencional (cereales, patata, zanahoria) pero hace 3 años se planteó pasar a la producción ecológica. En agosto de 2012 empezó a trabajar con gallinas y obtuvo el certificado ecológico en 2013.

El motivo que le impulsó a dar este paso fue el disgusto que le producía la manera de trabajar en agricultura convencional, la utilización de insumos y pesticidas que puedan tener consecuencias en la salud tanto de los consumidores y los propios trabajadores agrícolas, así como en el medio ambiente.
Le preocupa también la conservación del ecosistema que rodea a su granja, un entorno natural con bosque y cotos de caza que puede verse afectado con el tipo de actividades que se lleven a cabo en las explotaciones agrícolas.
También le interesa las consecuencias sociales, porque cree que la producción ecológica en un medio de revitalizar las zonas rurales y fijar población en ellas por su capacidad de crear empleo. 




Como proyectos a futuro nos cuenta que quiere aglutinar gente que viniera a trabajar con el él para producir y vender un abanico grande de productos. Por ejemplo entre sus objetivos está la harina certificada.
Le gustaría producir allí mismo todo lo que necesitan las gallinas para su alimentación, cerrando el ciclo de la producción. De esta manera, nos comenta, se evitarían los desplazamientos de productos, avanzando hacia una producción más sostenible y que al mismo tiempo permitiría abaratar los precios.
Igualmente quiere dedicarse a la cría de pollos, aunque tiene el problema de que no dispone de un matadero ecológico a mano lo cual encarece mucho. De cara al futuro se plantea instalar uno.

Los principales problemas los ha tenido con la administración ya que sólo tienen en mente los requisitos exigibles a las grandes explotación sin reparar en las peculiaridades de una granja pequeña. También piensa que puede haber intereses en que este tipo de iniciativas no vayan a más.
En cambio los apoyos los ha recibido de los otros agricultores, de los consumidores y también del consejo de agricultura ecológica.

En cuanto al consumo. Sus clientes son todos de Valladolid, grupos de consumo, cooperativas (Ecogermen) y tiendas especializadas. Son todas personas con elevada concienciación en cuanto al consumo ecológico. El desplazamiento lo realiza con Crica. Dice que no da abasto para atender la demanda que crece continuamente. Por eso mismo no acude a ferias o mercados.

Le consultamos su opinión
Piensa que la producción y el consumo ecológico es la manera de salir de la crisis.
Una de las cosas que más le preocupan es abaratar el precio de los productos ecológicos, que no se conviertan en un consumo de élite. Pero ello exige una mentalización por parte de los consumidores que tienen que hacerse cargo de las circunstancias de los productores. Por ejemplo tener en cuenta la estacionalidad, es decir, que no siempre van a estar disponibles los mismos productos ni en la misma cantidad.

Por último coincidimos en la necesidad de conocernos mutuamente los productores y consumidores ecológicos y apoyarnos, porque ambos remamos en el mismo barco.

MAS INFORMACIÓN

Es miembro de GANECA (asociación de amigos de la gallina castellana negra), asociación la cual cooperara para llevar a cabo un proyecto en la propia granja y otras interesadas para la selección y mejora de la raza castellana negra intentando buscar la cooperación o apoyo de alguna universidad.

























































Nos cuenta Richard Sanz que él y sus dos hermanos, Marco y Alejandra, pertenecen a una familia de viticultores y vinateros, comerciantes de vinos de hasta seis generaciones  que se remontan al año 1800. La primera instalación es un edificio del siglo XVIII que todavía se conserva en la plaza mayor de  La Seca.
Se trata de una familia de emprendedores y así, en los años 70, su padre quiso empezar una nueva etapa y se trasladó a Medina del Campo, donde puso en marcha la bodega Palacio de Bornos. Del mismo modo los tres hermanos eligieron partir desde cero hace 10 años, iniciando su propio camino en la producción ecológica y escogieron el nombre de MENADE, que así se llamaba  un terreno donde su madre había plantado un viñedo.
El motivo que les llevó a dar este paso fue, precisamente la experiencia de toda una vida alrededor de la producción vitivinícola y el contacto con una realidad que no siempre les resultaba satisfactoria. De ahí surgió la necesidad de experimentar algo nuevo movidos más por un deseo de cambio y revitalización de nuestra propia identidad que por interés económico, tal como exponen en su página web. Así crearon el primer vino ecológico de Rueda. La idea era romper y volver a los orígenes de Rueda, a elaborar vinos de finca lo más naturales posible


Richard nos dice que la denominación de ecológico para los vinos en aquellos tiempos era más un inconveniente que otra cosa y que incluso intentaban ocultarlo ya que la gente lo veía como algo extraño y desconfiaba. De ahí que la principal orientación fuera hacia la exportación, ya que en otros países el vino ecológico no era recibido con reticencias, sino todo lo contrario.
En la actualidad, las cosas han cambiado mucho. Ya se acepta con naturalidad el vino ecológico y cada vez tiene más prestigio. El problema ahora puede ser otro: hay un boom de la viticultura ecológica y mucha gente intenta subirse al carro con las vistas puestas en el negocio, más que en verdadera mentalidad ecológica. Aun así les parece bien que haya otros productores atraídos por esta moda, siempre que las cosas se hagan con honradez.


Dentro de su afán recuperador está su exploración de las viñas anteriores a la gran plaga de la filoxera, que acabó con la mayor parte de las viñas autóctonas. Estos viñedos, que tienen más de 100 años, han dio capaces de resistir debido a  su especial situación, por el terreno etc. Cuenta con  3 parcelas de este tipo en diferentes localidades de diferentes provincias.

También intentan cuidar los procesos de elaboración, y han conseguido elaborar vinos con 0 sulfitos. Les preocupa igualmente el embasado, que quieren que sea lo más ligero posible y con el menor uso de materiales. Para Richard es una contradicción elaborar productos ecológicos, en los que se intenta ser lo más respetuoso posible con el medio ambiente, y después despreocuparse por completo de los envases que se utilizan.

Y por concluir el recuento de sus actividades (que no presente ser exhaustivo) hay que señalar la producción de aceite a partir de olivos propios y también una cerveza artesanal, a la que han denominado “la Burra”, aunque en estos casos no cuentan con certificación ecológica.

La historia de Menade, es una historia de éxito. Es la mayor explotación de vinos ecológicos de Castilla y León con 180 hectáreas propias, y por proyectos de ampliación. Además de la sociedad constituida por los 3 hermanos, trabajan directamente otras 22 personas y de manera temporal hasta 60 personas más. Pero lo que ellos nos manifiestan es que su principal objetivo es hacer aquello en lo que ellos creen, buscando el equilibrio con la tierra, la manera natural de hacer las cosas y la relación con la gente. Quieren que todo esto se refleje en sus productos y les gustaría poder transmitir a los consumidores.

Le comentamos que el consumidor ecológico es un consumidor consciente y en Ecogermen queremos poner en valor todo aquello que está detrás del producto. Así entre todos podemos contribuir a una economía más sostenible y saludable, y que nos ayude a mantener a nuestra tierra y a sus gentes.
Richard nos contesta que no duda que ese objetivo se alcanzará porque somos muchos los que lo estamos intentando.



















































No hay comentarios:

Publicar un comentario